Un documental repasa la historia de la bomba contra la revista satírica, de la cual pasaron muchos números bajo mis manos. Como
"Hermano Lobo", "Ajo Blanco", "Cuadernos..." (aunque éste último era otro cantar) o los últimos años de
"La Codorniz", "El Papus" era una bofetada semanal de una izquierda que vivía, peleaba y suspiraba más allá a la izquierda de la izquierda. El artículo que inserto salió en "El País" de los ágiles dedos (cuando quiere) de Francesc Arroyo y arranca con una máxima que acabó descabezando parte de la hidra pero no impidió que se multiplicara de nuevo, (
NI DIOS, NI PATRIA, NI CNT, con la que muxos estamos de acuerdo). Hoy en día, pero más acorde con los tiempos de laxitud que nos comen los bajos, o nos los tocan, ha recogido el testigo
"El Jueves" . Pero ésto ya no es como antes. No sé si para bien o para mal. No está Gila, Eugenio y a Forges los dólares le hacen olvidar los dolores, salvo algún ramalazo. Inserto algo de un luchador jeta y vividor, de plumilla envidiable, que no pluma, el gran maestro de la socarronería:
Manuel Vázquez (by Vázquez) (Anacleto, las hermanas Gilda, la familia Churumbel, la familia Cebolleta...)que arrancó en El Papus en 1987 con el pseudónimo de "Sappo".
(ANACLETO, agente secreto, by Vázquez)
FRANCESC ARROYO - Barcelona - 29/01/2011
Los anarquistas tenían un lema: "Ni Dios ni amo", pero permanecían fieles a la CNT. La redacción de la revista satírica El Papus dio una vuelta a la consigna: "Ni Dios ni amo ni CNT". Sus textos e historietas eran críticos con todo y con todos. El resultado fue una bomba que estalló en la redacción el 20 de septiembre de 1977 y que mató al portero, Juan Peñalver. La policía no fue capaz de precisar qué explosivo fue utilizado contra la publicación. Los jueces no encontraron culpables. El documental El Papus, anatomía de un atentado, dirigido por David Fernández de Castro y que se emitiría en breve por TV-3 y TVE, explica aquellos hechos y las incógnitas que aún existen, 33 años después.
Antonio Franco: "Ni policías ni jueces actuaron como árbitros"
Javier Fernández de Castro, padre del director de la película, estaba en la redacción cuando estalló la bomba y es una de las voces que evocan la historia en el filme. Igual que el dibujante
Ja (Jordi Amorós) y el periodista
Antonio Franco, ayer también en el preestreno del documental. En el mismo se recogen otros testimonios como el del gerente, Carlos Navarro; los dibujantes Usero, Óscar y Carlos Giménez, y Alberto Rayuela y Ernesto Milà, en su día asociados por fuentes policiales al atentado, aunque nunca fueron condenados y ellos lo niegan.
El abogado August Gil, experto en juicios relacionados con actos terroristas, ha analizado el sumario. Sus opiniones son contundentes:
la policía actuó con negligencia, incompetencia e inhibición, lo que le lleva a pensar que hubo "obstrucción deliberada".
(LOS CHICOS DEL PAPUS, CON UNA GRAN VISIÓN DE FUTURO, SE ADELANTARON UN MONTÓN DE AÑOS A LAS CONCENTRACIONES DE LOS JMJ DE LOS MADRILES Y SUS GENUFLEXIONES ANTE RACHINGUER Z)
Milà sugirió que el atentado debía ser entendido a la luz de los que cometió la izquierda. Antonio Franco le replicó: "Nunca hubo simetría.
A quienes atentaban desde la izquierda se les perseguía; a los de derechas, no". Y dijo más: "Ni policías ni jueces actuaron como árbitros". Milà coincidió con el periodista Xavier Vinader en que tras el atentado "se podían hallar conexiones entre grupos de extrema derecha y los servicios de seguridad del Estado".
Además de con las bombas, la revista padeció un asedio legal: cierres, multas y procesos judiciales. En la mesa redonda posterior, Jordi Amorós explicó que tuvo hasta
80 denuncias, con otros tantos juicios y sus correspondientes apelaciones.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-papus-anatomia-atentado/1025161/
Los puros que le caían a la publicación podían ser por motivos muy variados. Por ejemplo, mostrar una mujer en paños menores denominada "señorita Pepis" y un señor que le tocaba el culo y que, lógicamente, era "el tocador de la señorita Pepis". En otra ocasión, los fiscales se ensañaron con la "Papunovela", especie de fotonovela que ocupaba las páginas centrales. Una mujer, decía el fiscal, fingía enseñar sus partes íntimas a unos hombres. Por supuesto, las citadas partes no se veían, pero el censor lo intuía. Del mismo modo que
acusó a Ja de blasfemo por escribir "pene" y "testículos" porque enseguida se dio cuenta de que lo que quería escribir eran palabras más groseras. En este caso el dibujante no se benefició de la teoría de uno de los juristas del régimen que había sugerido que el pensamiento no delinque.
La característica de El Papus, explicó Antonio Franco, era "la frontalidad".
Llamaba a las cosas por su nombre y de forma que todo el mundo lo entendiera. Si dedicaba un número a la ley de educación "escribía que en el ministerio había burros y que de las aulas solo saldrían más burros". También el dibujante Óscar reivindicó el uso del lenguaje popular en las historietas.
Fernández de Castro la definió como una "revista canalla y gamberra" y Amorós añadió que era bastante "ácrata" o, si se prefiere sus redactores eran "de izquierdas y despistados".
En el diálogo con los asistentes a la sala del CCCB, alguien sugirió que el culpable de que no se sepa la identidad de los autores del atentado es la izquierda que ahora mismo ocupa el Gobierno. Franco sugirió que hay algunos motivos que explican este comportamiento "cobarde", entre los que están las "razones de Estado" y la implicación de gente "viva e importante". Ja señaló que las cosas no son tan sencillas: "El Papus hizo una película de dibujos animados que tuvo premios en todo el mundo. TV-3 nunca la ha programado y los que decidieron vetarla fueron los Gobiernos de CiU, perfectamente de derechas".
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