PASIÓN 2012.

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Del Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

pasión s. f.

1 Sentimiento muy intenso que domina la voluntad y puede perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira.

2 Sentimiento de amor muy intenso manifestado con gran deseo sexual.

3 Afición o inclinación viva por alguien o algo

4 Persona o cosa por las que se muestra afición o inclinación

5 Entusiasmo que se pone en algo que se hace o se defiende

RELIGIÓN CATÓLICA. (NOTA: Con mayúscula inicial cuando hace referencia a la pasión de Cristo).

6 Sufrimiento muy intenso, especialmente el de Jesucristo desde su detención por parte de las autoridades judías hasta su muerte en la cruz, narrado en el Evangelio: en Semana Santa se conmemora la pasión, muerte y resurreción de Jesús.

7 Representación artística o narración del padecimiento de Jesucristo en la cruz que está inspirada en el Evangelio.


PASIÓN.
La pasión. La Pasión.
Con mayúscula de aquí es lo que yo diga. O con minúscula de lo que usted mande.
Apasionarse. Amontornarse pasionalmente. Apisonarse mortalmente. Apisonarse apasionados.Apretujarse. Empujarse los unos a los otros, "¡no veo, no veo!" LLenar cárceles para que se amontonen los que les traicionaron las pasiones. Aprisionar pasiones.La pasión, un "poison". Una burla, un engaño apasionado. La redención y último recurso del pobre de bolsillo y de mente, apasionados dementes de mente poco ágil. La pasión del poderoso que apasiona tener más sin saber en qué alcancía o cárcel va a meter sus dineros y a los que se interfieran en sus ansias apasionadas de tener más y más. La pasión del rico atesora. La prisión pasional en el pobre cuyas lágrimas son tesoros sin caja de zapatos o cofrecillo testimonial seguirán cayendo en saco roto. Los poderosos seguirán diciendo que no oyen las quejas porque no había pasión en sus lamentos. Ergo mentían como bellacos.
Salgamos pues, en estos tiempos que corren, nos corren, nos corroen, a celebrar liturgias con la pasión que nos merecemos. Aunque no haya para aceite. Dios proveerá, pasionalmente, a sus fieles seguidores mientras que a los laicos les esperan las llamas del fuego eterno. No tienen esa pasión, no la sienten, no la viven, mejor prisión que pasión. O Pasión.
Costalemos como buenos súbditos lo que nuestros exiguos erarios van pagando y pagarán y saquemos a pasear nuestras más arraigadas costumbres en procesión. Lágrimas de zozobra si el tiempo no acompaña a nuestra Pasión y no nos podemos apasionar ni pisotear con el engaño de los amigos imaginarios, tan apasionados como nosotros, pero es la tradición de los tiempos arcaicos la que nos manda.
Degustemos pescado porque la carne es mala. La carne nos lleva al pecado. Y pescado comeremos en esta semana. No importa que deglutemos y nos inflemos con pasión desmesurada, glotonería y gula, de los ricos manjares de la mar océana ni de los excelsos postres mientras los demás se mueren de hambre. Comamos hermanos hasta saciarnos, que es una semana al año. Una semana al "ano" no estorba, no molesta, no es indigesta. Para otra ocasión quedan paellas con su tinto de verano o sus corderos con angulas y turrón. Más semanas, más pasión, más "poison", mal lo del ácido úrico de los langostinos que nos trasegaremos con buenos caldos, palabra de monseñor.
Celebremos tan alta fiesta sangrienta de redención. A glorificar que le han vuelto a capturar como todos los años a ese tonto útil que siempre se deja apresar. ¿No iba de oveja mansa y pastor de almas? Pues pasto de las almas que quería salvar ha sido. No era de recibo meterse con el poder de una forma tan pasional. No se vió con buenos ojos que atacase a los mercados que nos dan de comer, a alto precio, eso sí, las migajas de los restos que no utilizan. Caridad cristiana: comemos de sus sobras, pero no repartirán sus bienes con los demás. Flaco servicio a las proclamas del Evangelio. Donde dije digo, dije "no quiero, no me da la real gana". Y al rey, ni tocarlo. Lo dicen las Escrituras: Al César, lo que es de él. Y a los representantes del Señor, la otra mitad, o más. Para que vivan lejos de las pasiones terrenales, pero entre nosotros, que seguiremos siendo las pobres ovejas descarriadas del Pastor inicial. O Pastor iniciático.
A enorgullecernos de esa fusta que vibra hasta cuarenta veces en el aire y que cae hasta ensangrentar el pavimento y siempre por estas fechas, semanas arriba o abajo, semana que castiga la vida de un infeliz de nuevo y que venía a salvar al mundo cuando los salvadores son la tribu de los fariseos. Fatuo error de bulto.
Y ¿En el nombre de quién, dijo? Justo castigo impuesto por dárselas de listillo, de omnisciente, de sabelotodo. Aquí los ateos y laicos no opinan. No les lleva la pasión del momento.
Pero sabemos rectificar a tiempo. Entonaremos, pues, el "mea culpa". Nos ha cegado la pasión y nos hemos extralimitado. Por nuestras manos corre la sangre de un inocente pero no importa. Sabemos lavarnoslas aunque no usemos jofaina. La pasión es ciega y sabemos que la rueda de molino que tapa su cueva rodará al tercer día para júbilo de creyentes. Para alegrarnos por su resurrección de entre los muertos. Pocos son capaces de dejar de descansar en paz para volver a lo mismo y que los que no descansen en paz seamos nosostros. Eso si que es de premio Nóbel de la Paz y la Concordia, dicho sea sin pasión.


Los del otro bando miran consternados cómo nos convence la pasión y apasionados vivimos el momento culmen y miramos a las alturas. Por allí va, hacia arriba ¿Es un avión? ¿Es un águila?...El mejor domingo del año para comprobar que se nos perdona las maldades pasadas y nos queda otro año para cometer mayores tropelías que volverán a ser perdonadas. Es lo que tiene ser pasional.
El lunes vuelta a la rutina. Se acabó lo que se daba y no hay más cera de la que arde. Los que lo tengan, volverán al trabajo sin pasión. Los que no lo tengan verán la televisión o leerán la prensa donde los apasionados políticos nos contarán cómo piensan aprisionar, pisotear o salvarnos del fuego del Averno.

Se nota que les consume la pasión.


La pasión de Cristo, (The Passion Of The Christ, 2004)
DURACIÓN: 126 min.
DIRECTOR: Mel Gibson
GUIÓN: Mel Gibson & Benedict Fitzgerald
MÚSICA: John Debney
FOTOGRAFÍA: Caleb Deschanel
REPARTO: James Caviezel (AKA Jim Caviezel), Monica Bellucci


Pasión de los fuertes. My Darling Clementine (1946)
DURACIÓN: 97 min. aprox.
DIRECTOR: John Ford
GUIÓN: Samuel G. Engel & Winston Miller
MÚSICA: Cyril Mockridge (AKA Cyril J. Mockridge)
FOTOGRAFÍA: Joseph MacDonald (B&W)
REPARTO: Henry Fonda, Linda Darnell, Victor Mature, Walter Brennan
SINOPSIS
A Wyatt Earp (Henry Fonda), antiguo sheriff de Dodge City, le ofrecen el puesto de comisario de la ciudad de Tombstone, pero lo rechaza porque le interesa más el negocio ganadero al que se dedica con sus hermanos. Sin embargo, cuando uno de ellos muere asesinado, acepta el puesto vacante y nombra ayudantes a sus hermanos. Contará también con la amistad y la colaboración de un jugador y pistolero llamado Doc Holliday (Victor Mature).


¿Qué tiene que ver una película con la otra? Probablemente nada sino la pasión que se puso al hacerlas y que sus personajes nos resultaran más cercanos, menos apasionados que la idolatría que les profesamos. Desnudos, en carne viva, una carne que esta vez no es pecadora pero no tapa sus pensamientos ni sus ruindades. No portan la bandera que se saca una semana al año por estas fechas de Pasión. Son tal cual, humanos y desgarrados...

Y TODO ELLO SIN QUE ME HAYA MOVIDO PASIÓN ALGUNA.

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