CARACREMADA, LA PELÍCULA

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Después de ver la película, la sinopsis que nos quieren vender desde la productora es más un complemento biográfico a este film, SILENTE en su 98 %, que un resumen de lo que vamos a ver. La patata caliente dice más o menos:
"Caracremada", apodo utilizado por la guardia civil para referirse a Ramon Vila Capdevila, pretende reflexionar sobre la resistencia libertaria al régimen de Franco a través del que fue su último guerrillero en activo. Cuando la CNT decretó la retirada de sus hombres el año 1951, Ramon Vila permaneció en los bosques del interior de Cataluña para reemprender en solitario su lucha.

Al estar recién salida del horno y ahora accesible por la Red (por ejemplo, una de ellas, http://www.fileserver.com/file/epMQZsZ/Caracremada.DVDS.Castellano.avi y que esa es otra, con permiso de la Sinde-jar de jodernos, la imagen está lograda pero el audio, el poco que hay, llega a estar desincronizada hasta DOS segundos. Da igual un servidor u otro. El uploader debe ser el mismo, *VETE AL CINE COLEGA, QUE ES A PANTALLA GRANDE*), creo que merece la pena adentrarse en esa muy bien contada historia de los últimos días de la vida de Ramón Vila, realizada sin aspavientos, sobria y sin apasionamientos demagógicos y panfletarios de los que a algunos ácratas trasnochados se les llena la boca. Éstos acratillas, no sé si rojillos o rojeras porque a veces me pongo rojo de vergüenza ajena, pierden más tiempo en leer los textos centenarios, sus particulares biblias sagradas que siguen apolillándose junto con ellos, llenas de polvo, en sus mesitas de noche, que en patearse la calle. Y para cuando lo hacen es para llenarse la andorga de tinto peleón, mirarnos de soslayo por encima del hombro, hablarnos de la situación política de lo presos de Grecia (en España se ve que no hay) y restregarnos por todos los morros que ellos, y solo ellos, son poseedores de la verdad absoluta. Qué pena de cráneos vacíos y endebles que pudieron acoger más coraje y menos desván.

Los que esperen ver tiros, explosiones, torturas de los picoletos al estilo de "El Crimen de Cuenca", arengas anarco sindicales, hambre y miseria en los campos de concentración franceses de la post guerra como Saint-Cyprien y el campo de Argelès-sur-Mer donde los gabachos hacinaron a miles de españoles al estilo Hitleriano y antes que él, que eso fue en 1939 (luego se quejaban de su propia medicina, pobrecitos), custodiados por tropas moras francesas, que si no quieres taza, taza y media, valiente escarmiento para los que venían huyendo de las tropas moras de Franco, que no vayan a verla. Eso sí, SINDE-jar de descargala, todo por joder SINDE-scanso.
Esta película de Lluis Galter, que pasó sin pena ni gloria, ni fú ni fá, por Venecia es arriesgada en su totalidad con la salva guarda que engancha y desengancha continuamente. Es intuitiva y obliga al espectador a forzar la imaginación de lo que se adivina entre los parajes catalanes interrumpidos solamente por los sonidos que nos llegan de la pantalla.
Con unos diálogos casi inexistentes, y los que hay, en catalán, se llega a la conclusión de que no son necesarios porque los fotogramas aunque debería decir fotografías, los primeros planos y las secuencias que huyen de las tomas de la total oscuridad de la noche dejando amaneceres y penumbras, hablan por sí solos.
Caracremada no es "Tierra y Libertad". No es "Las Hurdes". No es "Camina o Revienta". No es "El Crimen De Cuenca". Caracremada es. Y no es. Para paladares especiales y no hace falta levantar el puño y llorar a moco tendido. La historia, la rebeldía, la tenacidad, el coraje y la soledad son marcas registradas del caracter español.
(Inciso: En aquella década de los treinta, a los anarquistas y en general la izquierda, les gustaba a calderadas españolear. Ahora parece que a muchos les da vergüenza y reniegan de su pasado)

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