EL C. D. MIRANDÉS YA ES DE SEGUNDA.

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Un sueño hecho realidad. Por fin. Cosas que te diré que todo el mundo dirá a todo el mundo, seguramente gritando hasta la afonía, pero… ¡qué bonito es repetirse cuando es por un acontecimiento de este calibre! Ahora los que glosen, comenten o discutan esta final de ascenso se les llenará la boca recordando los sinsabores que se han a travesado hasta conseguir la tan ansiada plaza entre los equipos de la división de plata. Todos los que sienten los colores rojillos querrán /querremos aportar nuestro granito de arena, desde los que ven el fútbol con pasión irrefrenable a los que no les encandila pero, (de eso estoy SEGURO) que siendo el equipo de la ciudad no le van a hacer ascos a este ascenso. Es mucho, mucho lo que representa.



Atrás han quedado sinsabores, pataletas, noches de insomnio y como dijo aquel hijo de la Gran Bretaña, “sangre, sudor y lágrimas”. Y las lágrimas fueron furiosas y rabiosas causadas por la impotencia de tener el triunfo al alcance de la mano y que se quedaría solo en arena de playa que se escurre entre los dedos, como en el 2011. O como en otras ocasiones funestamente recordadas donde no se dio una victoriana victoria a los trabajos herculanos.


Ahora es turno de llorar, sí, pero los más lo harán de emoción y de felicidad. Ya es nuestra la plaza en la división de plata. De los que jugaron, de los que dirigieron y ¡cómo no! de esa AFICIÓN que “te lleva en volandas y te empuja con el alma” como dice uno de los cánticos que siempre, siempre, a las duras y a las maduras, ha acompañado al equipo rojinegro, al equipo ferroviario, al equipo de nuestra ciudad de Miranda de Ebro, con todas las letras a mucha honra, y según otros (cuando les conviene e interesa) al equipo burgalés (del norte de la capitalilla) o al grupo castellano. Y no está el ánimo en politizar el asunto.


El “Matagigantes”, como muy bien se le ha venido llamando desde que se dedicó a eliminar primeras marcas para decirles a la oreja de estos traga euros de equipación de oro, que los de segunda B no eran ni sucedáneos ni medicamentos genéricos, ni garrulos, ni los tontos del pueblo, o de la liga, que hay más campeones sueltos, ha vuelto a lograrlo derrotando en el partido de vuelta y en su campo a los chicos del Atlético Baleares. Hueso duro de roer a primera vista porque si ahí estaba enfrente de los chicos de Pouso no era por jugar al golf precisamente.


Les han dejado con la miel en los labios. Ya se acostumbrarán. Aquí pasó lo mismo con el Guadalajara y nadie se rajó las vestiduras. Solo espero que apoyen a su equipo como se hizo en Antonio Machado con el nuestro.


Aunque intentaron calentar el encuentro desde días antes viendo la que se les venía encima, alguien astuto les tendría que haber aconsejado de que quizá no sea bueno mezclar la ensaimada con chacolí, que es indigesto y solo para estómagos agradecidos y preparados. Utilizando una de nuestras frases castizas y con todo el respeto por el merecido adversario “que les den morcilla” (aunque la llamen de Burgos, que sea hecha en Miranda) y que el próximo año será lo que tase un sastre. Aquí llevábamos años esperando a un buen modisto hasta que asomó el tal Pouso y cortó los patrones como le vino en gana y a bien. Y ¡voto a bríos y doy fe! Que bienhallada la hora que aterrizó por estas choperas del Ebro. Más de uno no daba ni un duro cuando arrancó la competición y ya ves. Para que luego digan.



No es menor el regalo que los de Iván, Martins, Infante, Nauzet y compañía, sin olvidar directivos y cuerpo técnico, han hecho a la ciudad con este ascenso merecido. Miranda respira hoy aires de fiesta pues hoy es el Domingo de San Juan del Monte y todas las calles hierven repletas de “blusas”,de sanjuaneros, de caminantes con su pañuelo rojo al cuello, completando cualquier rincón con bombos y charangas. Hoy, a la blusa y a la faja, muchos han unido la bandera rojinegra del Mirandés. Es la fiesta más esperada del año y la segunda mejor romería de todo este país según los privilegiados críticos que se dedican a estas cosas.


¿Qué mayor orgullo que ser sanjuanero, mirandés y del Mirandés? Esto si que es rizar el rizo y obsequiar a toda una ciudad. ¡Gracias de corazón! Ni jugando los mundiales se han visto calles tan desiertas. Ni tan siquiera en época de fiestas tantos madrugadores, trasnochadores, “gaupaseros” o curiosos morbosos pero felices se hayan alineado codo con codo delante de las pantallas de televisión, las pantallas de proyección o el altavoz canijo de un aparato de radio. Hoy tocaba ver una victoria y había que estar ahí o donde uno buenamente pudiera, para después compartir el momento.


Toda la ciudad, toda, estaba refugiada desde antes de las diez y media de la mañana en bares para ver a su equipo, paralizando la ciudad y con las gargantas preparadas para cantar el alirón, Los cohetes en las manos dispuestos a elevarse a las alturas a ver si, con cada gol, el petardazo se oía hasta en las Islas, como un cañonazo agustiniano, acompañando a esa delegación de trescientos y pico aficionados desplazados hasta ese campo agreste y extraño de hierba artificial (otra trampa más, pero fue menos) y la blusa y faja ceñida a unos corazones que palpitaban con cada internada.


Mañana, 28 de Mayo del 2012, día grande de esta fabulosa romería de San Juan del Monte, los chicos de todo el C. D. MIRANDÉS estarán por las calles y es seguro que suban acompañando a romeros y visitantes al paraje de La Laguna donde, por lógica, se les ha de llevar en volandas, otra, y otra, y otra vez, hasta los puestos que se merecen y que quedarán en los anales de la historia del club. Toda una gesta parida con esfuerzo llevando el barco a buen término. Se lo merecen. El fútbol es así.


Alguien dijo: “El pase a segunda lo dará Infante de penalti en las Baleares”. A ver si localizamos al adivino y que nos solucione la crisis. Y conseguido el ascenso, ESTO DE ARREGLAR LA CRISIS TIENE PRIORIDAD ABSOLUTA.


GRACIAS, y creo que escribo por todos, C. D. MIRANDÉS.


DÍAS DE ESCUELA. (1962-1968)

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Extracto del libro "Bajada a los Infiernos", una temporada detrás de los pupitres con pantaloncito corto y mucha, mucha hambre.

(Colegio de Altamira)


(Largo, cantabile)

Volví a mirarle de arriba abajo. Ahora le había dado por la memoria histórica. Era como para pegarle de leches hasta en el carné de identidad, pero siempre ha sido un bestiajo y un carcamal. El caso es que le tenía algo de aprecio y todavía no sé cuál es la razón. Quizás sea porque me acuerdo de cuando nos corríamos nuestras aventurillas de escuela, hacíamos novillos y nos pillaban con las manos en la masa. Él recibía los capones y tortazos de nuestro austero maestro don Marcelino y yo me llevaba un pescozón, una reprimenda y santas pascuas. Por algo Germán era de mayor estatura que yo y se daba por supuesto que me engañaba, engatusaba y raptaba con sus triquiñuelas.
La verdad es que yo me dejaba querer y prefería un vaso de gaseosa con lejano sabor a fresa, leer las historietas del Jabato y años más adelante, los primeros cigarrillos de Peninsulares o Tres Carabelas en el carrillo a dos calles mas abajo de la escuela, que chupar frío como un cosaco mientras me enteraba de lo heroico que se había portado Guzmán, El Bueno.
Don Marcelino fue nuestro maestro común cuando éramos tiernos infantes de pantaloncito corto, trenka con su capucha y una botonadura similar a huesos, dos libros y un cuaderno atado con una correa vieja del padre o del abuelo. Yo tuve más suerte y tenía una cartera de cuero con dos hebillas que pesaba un quintal y un “plumier” con una tapa que se deslizaba toscamente a tirones y que contenían, junto con dos cromos de la película “El Cid”, cuatro lapiceros roídos, un sacapuntas y los restos de una goma de borrar “Milán”.



Había sido el regalo caritativo a mi madre de una vecina pudiente casada con un ferroviario, que entonces eran los que ganaban mejor jornal, junto con alguna camisa y algún jersey de su hijo porque ya no le valían del estirón que había dado el mozalbete. (“Está guapo, Miguelito, ¿verdad? Qué grande se ha puesto. No para de comer”). Y los demás a reír la gracia, bajar la cabeza y besar la mano de la benefactora soñando en los bocatas gigantescos de mortadela o de pamplonica que se atizaba el grandullón mientras no perdíamos de vista el renacuajo trozo de pan con derecho a un quesito de “la-vas-qui-rí” o de “El Caserío”. Hubo momentos en los que el quesito desaparecía de nuestra merienda y nos encontrábamos con una sola onza de chocolate, (una solitaria, que conste) o algo semejante. Aquellas meriendas eran fiesta nacional y los días de jamón york, los Reyes Magos. Los de la margarina untada con azúcar espolvoreada, ni te cuento.
Nuestro preceptor intentó educar a una veintena larga de mocosos en un colegio de lo mas vetusto y sobrio, antiguo hospital de los italianos durante nuestra guerra civil. En teoría era mixto, había niños y niñas. Muy mixto. Estábamos juntos, pero no revueltos. Hasta cuando por las mañanas cantábamos el “Cara al Sol” lo hacíamos por separado y frente a frente porque en las mezclas, en los bailes y en las miradas habitaba siempre el diablo. Y eso era pecado. Acabaríamos todos condenados y ardiendo en las llamas del infierno por “concupiscentes y libidinosos” como solía decirnos don Eúfrates, el cura de la parroquia a la que pertenecía el colegio en las charlas que nos daba los sábados por la mañana antes de confesarnos para poder ir con nuestras almas limpias a misa de once del domingo. Así, y de esa forma, podíamos comulgar estando en paz con Dios y moriríamos tranquilamente en olor de santidad. ¡Hay que ver! Sin empezar a vivir y teníamos que ir pensando en el traje de pino. Qué alegría para el cuerpo. ¡Íbamos a ser santos, íbamos a ser beatos! ¡Aleluya, Gloria in Excelsis Deo! Y los que no terminarían siendo cadáveres incorruptos les quedaba un hueco en el seminario porque don Eúfrates seguía emperrado en reclutar futuras cucarachas para su causa.
El cura, sotana y cilicio incluido, que éste era de la vieja guardia, se nos quedaba mirando como el buen pastor delante de sus ovejitas descarriadas, borregos o futuros carneros, después de contarnos alguna historia bíblica ejemplar, como la del padre que intenta apiolar a su hijo, llega el Ángel del Señor y la operación le sale rana. Se tele transportaba a su Paraíso todo feliz detrás de sus gafas redondas y su enorme barrigón de bien cebado mientras que nosotros, embobados con las historias del susodicho Abraham, o David y Goliat, o lo nefasto que era Herodes pensábamos: “Y eso de los “concuscentes y litrinosos”, ¿qué es?”.

(Auxilio Social, donde ahora están las Torres de Miranda. Fijaros en la postura del osito de peluche del fondo)


Mi colegio no tenía ni calefacción ni biblioteca. Aparte de los pupitres donde costaba entrar, con su tapa basculante y su tintero lleno de aire, me queda en el recuerdo, pero muy borroso, las dos fotos, una de Franco y otra de José Antonio en un tono grisáceo como el país en aquellos momentos, situadas a cada lado del crucifijo, montando guardia de los valores eternos y la reserva espiritual, cosecha del treinta y nueve. De los mejores vinagres que se conocen. Uno de estos valores sempiternos sirvió para que el jefe de la policía municipal multara a mi padre con dos pesetas por pasearse en mangas de camisa por la calle. La camisa de mi padre no tenía bolsillo lateral.
Por aquel entonces, siempre arrancábamos las clases con el brazo en alto y la palma de la mano extendida hacia abajo delante de ambas fotos, cantando tonterías de gente que bordaba camisas a pleno sol y volvían de amanecida con banderas ondeando en vez de estar durmiendo, barriendo y regando las calles o haciendo pan.
Una tarima soportaba la mesa de don Marcelino que a su vez soportaba un tintero y una cajita de plumines de lo más sencillo, un cartapacio, una Biblia de hojas amarillentas, una regla de madera que palmeteó más de una yema de dedos, una relación de cartillas de escolaridad, tizas de colores y trocitos de tiza blanca.

(Auxilio Social. 1945)

Completaban el decorado de nuestra aula las tres patrióticas banderas, la de los requetés, la de los falangistas y la roja y gualda, o sea, igual da. Una pizarra verdosa con su cepillo gastado, un par de mapas descoloridos y una estufa que se encendía rara vez en Diciembre cuando había algo de carbón o leña y “que no calentaba ni a Dios”, que cantaría en su época el grupo Asfalto. Buenos chicos. Muy distinta de la estufa del despacho del director a la que nunca le faltó combustible. Para mas “inri” hubo días de frío gélido en los que tuvimos que abrir los amplios ventanales para que el humo de la estufilla saliera al exterior y no nos ahogáramos. Morir, moriríamos de frío por un despiste de nuestras madres y nuestra firme desobediencia de no habernos puesto la bufanda y el jersey (el que los tuviera), pero no por culpa del Estado.
Don Marcelino era delgaducho, bastante alto desde nuestra perspectiva de canijos, pálido y con el pelo muy estirado hacia atrás con un toque de brillantina. Olía a “Varón Dandi” como mi padre olía cada cuatro domingos y fiestas de guardar (el frasquito le duraba meses y el de Mirurgia de mi madre, más). Se vestía siempre con un pantalón de tono oscuro, que llegamos a pensar que solamente tenía ese, y un jersey de cuello de cisne de color crema, complementado con una chaquetilla de paño. Cuando llegaba el buen tiempo, cambiaba el cuello de cisne por uno de color azul de pico acabado por una línea blanca y una corbatita negra en la onda de los uniformes de los colegios menores de entonces. Fue el único maestro al que nunca vi que se afeitará el bigotito a ras del labio superior, lo cual le valió para que le pusieran a caer de un burro las mentes sabias del barrio y sus colegas docentes. Lo más seguro es que fuera barbilampiño, pero cizaña y malmete, que algo queda.
Sabía explicar con una sugerente y envolvente voz las gestas de don Pelayo bajando tras los sarracenos, mandoble a la derecha y lanzada a la izquierda, dejando un reguero de sangre infiel a sus pies siempre con el rostro erguido y sudando bajo la cota de mallas al estilo hispánico del Capitán Trueno.


Fue quien me inició en la lectura con un librito llamado “Corazón” (luego han caído bastantes más de todo tipo) muy patriotero y muy italiano pero que en nuestra infantil imaginación nos hacía volar por oscuros bosques, máuser, banderín o tambor en mano, en busca de los rojos para darles su merecido castigo o desfallecer y morir por la patria como semidioses, mirando al cielo y boqueando una última oración, encomendándonos a San Cucufate y sin olvidar un recuerdo para nuestra madre, que lloraría nuestra ausencia vestida de negro y con una foto de nuestra primera comunión sobre su pecho, que así es como mueren los valientes. Ya lo decían antes:”el cementerio está lleno de héroes (inútiles)”.
Pedrito, un compañero delicado que siempre estaba tosiendo en cualquier época del año y que duró tres veranos más, (murió de neumonía), situado a dos pupitres hacia atrás de donde yo me sentaba, leía malamente a trompicones uno de los pasajes del libro de Edmundo de Amicis. El maestro cae enfermo y le visita un alumno de su clase, momento que aprovecha el profesor Perbono, el maestro del librito, para mostrar al protagonista Enrique una colección de fotografías de antiguos alumnos y le comenta, esperanzado, que queda un hueco para la de él en aquella pared. Don Marcelino se dirigió a los ventanales, agachó la cabeza y se frotó los párpados. Fue la única vez que vi a mi maestro con ojos turbios, hilillo de voz y quedarse mirando a la nada desde las cristaleras de nuestra aula como si el también estuviera atacado por una enfermedad endémica y le faltase el aire. Cuando me tocó al día siguiente leer “El Tamborcillo Sardo” recibí como premio una sonora y cariñosa colleja del manos-largas y un “muy bien, muy bien”. Me dolía, aunque infantilmente me emocioné. Pero me dolía, claro que me dolía el cogote.
Insisto, tenía la mano larga, muy larga, ¡pero que muy larga! A más de uno, incluido Germán y a mi mismo, todavía nos duelen los mofletes, los antebrazos y la cabeza de aquellas dos costumbres odiosas que tenía: los capones y los pellizcos. Todavía cierro varios segundos los ojos si veo algo que se acerca rápidamente a mis pestañas y me tiemblo. No llego a mearme encima, pero me tiemblo. Tiempos pasados pero de gloriosos, nada. La letra, con sangre entra, decían, aplaudían y vitoreaban. Claro, como los adultos no estaban debajo para recibir, que eran ellos los que sacudían estopa, los enanos, a aguantarnos.
Pero la cosa se ponía seria de verdad cuando te mandaba subir al estrado y esperabas el castigo por tu osadía de no saber cuál era la capital de la Pérfida Albión o haber escrito “haber” separado o sin hache sin que correspondiera dentro de la oración. “A ver, don Lorenzo, levántese y suba al estrado”. Y para allí iba Lorenzo, cagado de miedo. (Más de uno tuvo que volver a casa con el paquete adherido, el frenazo marcado en la trasera del pantalón, un tufillo a mierda insoportable y los churrillos deslizándose por la pernera hasta los calcetines, manchando las botas “Gorila”, en pocos casos, las chirucas en bastantes o las alpargatas de tela en la mayoría.
Los que tenían más suerte extendían la palma abierta de la mano derecha y luego la de la izquierda para recibir, en el mejor de los casos, un par de palmetazos. Los más desafortunados tenían que poner todos los dedos juntos con las yemas hacia arriba y la palmeta se convertía en una ligera regla que vimos romperse varias veces.
-Señores, no se rían de su compañero- decía don Marcelino muy serio mientras intentaba fustigar con la palmeta el dorso de una mano que se escondía ágilmente y retrocedía hasta la posición de firmes para evitar el choque. El futuro impacto se perdía con un “suisss” de la tablilla de madera cayendo en el aire, lo que aumentaba el castigo y, a su vez, las ganas de orinar del delincuente que se lo hacía encima para regocijo y cachondeo de la clase. “Meón, meón, que te has meado, melón”, o “Chirri, meón, el novio de la Asunción”.

Lo último que supe de él es que se había comprado un “seiscientos” blanco de segunda mano y que había vuelto a su ciudad, a Valladolid, probablemente a jubilarse y harto de ver pasar niños por delante de sus narices sin que ninguno, en el buen sentido de la palabra, ¡ojo, no pensemos mal! fuera de él. Era un soltero empedernido al que nunca se vió alternando por bares, salones de baile o iglesias. Eso último le debió costar el puesto. Presupongo que si no tiene noventa y muchos, habrá muerto ya. Uno menos. Ya me tocará a mí y no me importará volver a ser un niño y su alumno para, embelesado, seguir oyéndole relatar cómo tiraba de microscopio Ramón y Cajal o cómo en España nunca se ponía el Sol. Aunque no comparta sus ideas, a ver si hay suertecilla y nos vemos en el Purgatorio, don Marcelino, pero prohibidos los capones que a estas alturas de la temporada yo también salpico y en el limbo no hay diferencia de edad.

"Bajada a los infiernos". Relato acabado sobre el verano de 2007, retoques posteriores aparte.

5 DE MAYO, MAUTHAUSEN Y LOS STALAG ALEMANES.

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Hoy 5 de Mayo es la fecha en la que se cumple la liberación del campo de exterminio de Mauthausen por las tropas norteamericanas, donde MURIERON UNA GRAN CANTIDAD NO DETERMINADA DE ESPAÑOLES REPUBLICANOS, (7.300 inscritos en el campo hasta 1945. Formaban parte del medio millón de republicanos que cruzaron la frontera en los últimos meses de la guerra civil, tras la caída de Cataluña). Estos capturados españoles provenían de alistamientos forzosos las más de las veces, (al inicio de la Segunda Guerra Mundial, muchos españoles fueron enviados al frente con uniforme francés , en las filas de la Legión Extranjera o en escuadrones de choque) huyendo de las reclusiones precarias y condiciones infrahumanas que los campos de concentración franceses(hay que llamarlos así) les habían otorgado, como los del sur de país vecino: el Campo de Argelès-sur-Mer, el Campo de Le Vernet d'Ariège, Barcarès y Septfonds, por ejemplo. No sé si Francia estará muy orgullosa de ese pasado. Voy a pensar y creerme que no.
La mayor parte de los que ingresaron en este campo de exterminio venían recolocados de los STALAG que era como se llamó a los campos donde estaban los presos militares y políticos. A diferencia de muchos otros campos de concentración, que eran para todo tipo de prisioneros, Mauthausen fue utilizado principalmente para tareas de exterminio de la “intelligentsia”, ("clase social" compuesta por personas involucradas en complejas actividades mentales y creativas orientadas al desarrollo y la diseminación de la cultura, incluyendo intelectuales y grupos sociales cercanos a ellos)

Una primera curiosidad: la financiación del campo en su construcción. Mano de obra gratuita que incluso se repartía en más (¿más?) quehaceres y los préstamos comerciales del Dresdner Bank, del banco de Praga Escompte Bank, del fondo Reinhardt (que era el dinero robado a los presos en otros campos de concentración) y de la CRUZ ROJA ALEMANA

(…) Mauthausen pronto comenzó a ser conocido entre los deportados como «El campo de los españoles». Aunque los primeros barracones se remontan a 1938, fueron albañiles españoles quienes construyeron Mauthausen. De ahí que un superviviente francés haya llegado a afirmar que «cada piedra de Mauthausen representa la vida de un español»(…) (Wikipedia).

(Francisco Boix, a la izquierda, con su cámara)

Gracias al arrojo y la pericia de Francisco Boix, fotógrafo del campo, éste pudo probar durante los juicios de Núremberg la presencia de los jerarcas Albert Speer y Ernst Kaltenbrunner en Mauthausen ya que logró hacer copias de todas las fotos que pasaron por sus manos y consiguió esconderlas hasta el final de la guerra.
Como anécdota salvaje que tratan de obviar la derecha actual y la jerarquía eclesiástica, requerido por las autoridades alemanas para determinar el destino de los prisioneros, el Gobierno de Francisco Franco replicó que no existían españoles allende las fronteras; de ahí que los republicanos de Mauthausen llevaran el triángulo azul de los apátridas, con una S —de Spanier— en el centro.

Modos de exterminio en Mauthausen-Gusen (Wikipedia)

Celdas de castigo — estancias de unos 7 m² en las que los prisioneros no recibían comida ni bebida y solían morir al cabo de unos 12 días. Flagelación — consistía en azotar al prisionero con 25 latigazos que él mismo debía contar en voz alta y en alemán; si se equivocaba, volvía a empezar el castigo. Trabajo como esclavo en las canteras — además debían acarrear piedras de unos 20 kg por una larga escalinata compuesta por 186 escalones. Caída de gran altura — Internos eran empujados adrede desde la parte alta de la cantera, denominada "pared del paracaidista".


Cámaras de gas. Cámaras de gas móviles — un camión con un tubo de gases dirigido al interior, que iba y venía entre Mauthausen y Gusen. Duchas heladas — aproximadamente 3.000 internos murieron de hipotermia debida que eran forzados a quedarse bajo una corriente de agua helada durante varias horas. Tiroteos masivos. Experimentos médicos. Sangrado — varios cientos de internos fueron desangrados hasta la muerte y la sangre extraída fue enviada al Frente del Este. Ahorcamiento. Hambre — sólo en el campo de Mauthausen aproximadamente 2.000 prisioneros por semana eran privados de comer hasta la muerte. Fusilamientos por las SS.
Por otro lado, las raciones de alimentos eran muy limitadas y en el período 1940–1942 un interno pesaba 42 kilos de media. El tratamiento médico era prácticamente inexistente debido a las normas alemanas. Pero de la experimentación médica estos carniceros no se privaron nunca. La derecha siempre ha sido muy amiga de la “sanidad” y de los conejillos de Indias. El yernísimo experimentó con el dictador enano de la voz de pito lo que quiso, y ahora hacen pruebas a ver si cascamos antes y se evitan las pensiones (y ahora vas, y lo cascas)


ALGUNO DE LOS QUE ESTUVO: (Wikipedia y archivos personales coincidentes)

Peter Van Pels (Peter van Daan, en el libro de Ana Frank), murió el 5 de mayo de 1945 en Mauthausen y convivió junto a Ana Frank en su escondite en Ámsterdam (Holanda). Antonio García Barón, anarquista aragonés junto a Lope de Besenguer. El primero luchó en la Columna Durruti en la Guerra Civil española y tras terminar ésta fue internado en el campo de concentración. Tras su libertad se asentó en la selva boliviana llevando una vida naturista. El periodista Manuel Leguineche escribió un libro sobre su vida. Se tituló "El precio del paraiso". Contiene fotos del fotógrafo Francisco Boix. Antoni Garcia Alonso, tortosino republicano. Fotógrafo autor de muchas fotos del campo. Trabajó en el estudio fotográfico junto a Boix. Mariano Constante, escritor.



EL CINE: (en referencia a los STAGLAG)

TRAIDOR EN EL INFIERNO (1953)


TÍTULO ORIGINAL: Stalag 17
DIRECTOR: Billy Wilder
GUIÓN: Billy Wilder & Edwin Blum (Teatro: Donald Bevan & Edmund Trzcinski)
INTÉRPRETES: William Holden, Don Taylor, Otto Preminger, Robert Strauss, Harvey Lembeck, Richard Erdman, Peter Graves.
1953: Oscar: Mejor actor (William Holden). 3 nominaciones
SINOPSIS: Durante la Segunda Guerra Mundial, en un campo de prisioneros alemán, unos seiscientos sargentos americanos comparten el barracón 17 (el Stalag 17). En Nochebuena, dos de ellos se disponen a fugarse, pero son descubiertos y ejecutados por soldados alemanes que estaban al acecho. Los prisioneros empiezan a sospechar que en el barracón hay un traidor que informa a los nazis y llegan a la conclusión de que ese traidor es el sargento Sefton, un hombre más bien cínico y flemático, que vive bastante bien a base de canjear provisiones con los soldados alemanes.

Billy Wilder perdió a parte de su familia en Austwitch. De ahí que le saliera un guión que aunque no deja aparte la vis cómica, sea descarnada. Una de las mejores junto a “Testigo de Cargo”. Y una de las frases que hemos visto repetida en otras cintas como “Ilusiones de un Mentiroso”, “El diario de Ana Frank”, “El Pianista” o “ La Vida Es Bella”: “Si os vuelvo a ver, finjamos que nunca nos hemos conocido




SI A ESTAS ALTURAS NO SE TE HA PUESTO LA PIEL DE GALLINA O SUFRES DE AMNESIA, LO TUYO NO TIENE REMEDIO, ERES UN ENFERMO TERMINAL CON TU PROPIA HISTORIA (o histeria) Y TUS GENTES.

¿QUÉ HACEN/HACEMOS CON ETA?

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Desde el último post de Ramón Cotarelo en su blog de Palinuro http://cotarelo.blogspot.com.es/2012/05/los-dolores-del-sepelio.html en relación a esa amnistia gubernamental, por llamarle de alguna manera al hecho de que el Partido Popular se baje del Olimpo de los Dioses donde están encumbrados y empiece a hablar como lo hacía el PSOE, y que ha provocado que al gobierno de los desgobiernos que tenéis/tenemos le hayan caído chuzos de punta y epítetos de todo rango y condición ("traidores" es lo más fino y ¿patriótico aspañó cañí" que les han llamado) y, sobre todo, desde dentro de sus filas, con lindezas como mínimo de gualtrapas, de ahí hacia arriba (incluso Rosa Diez dixit), hasta el artículo-columna aparecido el 3 de Mayo en "El Reino" (antiguo rotativo "El País"), http://politica.elpais.com/politica/2012/05/03/actualidad/1336067383_914146.html) donde el presidente de los peperos vascos Borja Semper Pascual (¡este hombre es la leche!) le pega primero un tirón de orejas de lo más mayor a su presidente central para luego hablar de lo "potita" que es la democracia y que, en definitiva, todo es un calentón de las víctimas, de los que se aprovechan de la situación, de los que manipular las noticias y de los poderes y medios que se alimentan con la carroña de los buitres y de los sembrados baldíos al son del que mejor toca, o nos toca, la flauta, el txistu, la dulzaina y el tamboríl. Que hay que guardar las formas y no "sulibellarnos" que nos sube la bilirrubina y la testosterona hispánica. Ya se sabe que aquí matamos enseguida, se llame Andreita o se llame Dios, la madre, el SUMSUMCORDA, IPF o el Barça.
Hay una pequeña muga de muy fino hilado, muy tenue, donde la izquierda centralista y la derecha progresista se pierde en el bosque de las confusiones e incluso se alían, como en uno de los comentarios que siguen a la columna del tal Borjita (Ese nombre de Borja debe estar acaudillado, de caudillo, entre la derecha, porque personalmente conozco a más de un Borja dirigente entre las filas del PP)
Sucintamente un tal "Hortensio" comenta: "Soy de izquierdas lo que no me impide estar de acuerdo con el señor Samper. Lo que manifiesta aquí constituye, en el fondo, un alegato en favor de la coexistencia política de todos los demócratas dentro del estado de derecho. No por discrepar hay que insultar o descalificar como han venido haciendo Rosa Díez o Mayor Oreja. El caso de la señora Díez es preocupante, esta buena señora se cree dueña de la verdad sobre el terrorismo etarra y cómo ha de combatirse desde el Estado democrático. No admite discusión, diálogo. Por su cerrazón e intolerancia, sus razonamientos son semejantes a los de algunas víctimas, y son injustos al calificar de traidores a los que no piensan como ella".
Pero el bueno de Hortensio, como tantos otros, se ha limitado a ver la paja de la columna, que echa mucho humo cuando arde por aquello de las descalificaciones, pero no ha visto quien atiza el fuego y por qué.
Y continúa: "Dice bien Samper cuando indica que hay que respetar al que piensa distinto". Eso está muy bien, es muy democrático y todo eso. Pero ¿No es más cierto aquello de "respeta y serás respetado"?. Entoncés ¿qué milongas nos vienen contando? Un partido en el poder que se está pasando por el forro de los c***, años y años de logros y reividicaciones, ¿Ha de merecerme un crédito respetuoso? Aquí, ¿quién sería el traidor, Hortensio de mis entretelas?
Y por último, y de facto sí que estoy de acuerdo, rubrica: "Los demócratas no podemos permitir que por causa de nuestras legítimas diferencias políticas los enemigos de la democracia terminen diciendo la última palabra". Pues bien, ahí le has dado, Hortensio.
Porque parece ser que, aunque te vanaglories de ser de izquierdas, como si hubieses conseguido un master, los que últimamente tienen la palabrá última son a los últimos que este país (que no "El País", nombre antiguo del rotativo actual "El Reino", y aquí SÍ que podríamos hablar de traición) deberían haber puesto su confianza y sus anhelos en las urnas y haberles votado. Ahí radica la canalla y la chusma a los que habría que combatir certeramente.
En cuanto al acercamiento de presos, la disolución de los llamados gudaris, o banda, o terroristas, o separatistas, no creo que sea una bajada de pantalones por parte del ejecutivo actual. Algún beneficio les habrán dicho los del Reigstach que tendrán, que son los consejeros políticos actuales. Los espirituales son otros. Esos están en Alcalá de Henares y cercanías, Siguen siendo el Alfa y Omega del Partido Popular.
Y copio: ¿la dispersión es una vía de control de ETA? o más bien es de castigo a sus presos y a sus familias.
¿Qué queda entonces?, ¿Rendición o redención? Si por esto último le preguntamos a los asesores eclesiásticos del PP en su sede roucovaleriana, la respuesta será contundente: mirarán para otro lado.
Pero los delitos de sangre sobre inocentes no se podran enmascarar nunca como daños colaterales por el bien de la causa. Lo cortés no quita lo valiente.

No nos hemos caído de un guindos hoy. Wert para creer.

Es que hay cosas que llegan al alma, caramba. Y eso duele...

PP. PIENSA MAL Y ACERTARÁS.

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Hoy no voy a escribir yo. Hoy escribe alguien que desconozco, una tal Blanca, que en la página de Google Maps y buscando la Calle Génova que me pilla cerca de un futuro viaje, no es otra cosa,que tengo que hacer dentro de un tiempo (¡´dita sea la...!) comentaba esta perla sin desperdicio donde despotrica y rebuzna todo lo despotricable y rebuznale. No es cuestión de hacer oidos sordos porque gracias a esta forma de pensar, el Partido Popular se ha llevado el gato al agua (Intereconimía aparte). Para mear y no echar gota, mire usté... La aportación es de hace un año, más o menos. Si se hubiera dicho lo mismo en estas fechas sería de aplaudir a rabiar porque COÑA MARINERA NO LE FALTA. (o a lo mejor el texto es de ahora mismo, vaya uzté a zabé...)

BLANCA ‎ - Hace un año

Clase y estilo en las elecciones Estimados amigos del PP: Ante la casi total seguridad de que el Partido Popular va a ganar las próximas elecciones, tanto autonómicas como generales, por abrumadora mayoría, pienso que sería conveniente ganarlas, además, con el estilo que a vosotros os caracteriza y del que carece vuestro rival. Con dicha premisa en mente, no estaría mal tener en cuenta algunas consideraciones:
1) El PSOE es capaz de cualquier cosa, sea lo que sea, con tal de ganar. Palizas, mentiras, calumnias o asesinatos. Le es indiferente el medio con tal de llegar a su fin.
2) El PSOE carece de inteligencia, de estilo, de realidad, de programa coherente, de verdad, de perspectiva, de futuro y de personas válidas.
3) El PSOE va a basar su campaña electoral en la destrucción absoluta del PP, sacando incluso tramas de corrupción –reales o inventadas- para desacreditaros.
4) El PSOE ha creado un país de pobreza, parados, miseria, hambre y aplicación de leyes absurdas con el exclusivo fin del sometimiento absoluto del ciudadano a su poder.
5) El PSOE ha destruido España Considerando que vosotros sois unos señores y ellos no os llegan ni a la punta del pie en cuestión de estilo, valía, educación, clase y cultura, convendría darles una buena lección en las elecciones. Puesto que vais a ganar, hacedlo con clase que es una de las muchas cosas que el pueblo español echa de menos en sus políticos. Estamos acostumbrados a ver campañas electorales plagadas de insultos y desatinos, algo de lo cual, con lógica, siempre se queja el ciudadano. ¿Habéis pensado en un comportamiento justo al revés de lo esperado? Sería una puñalada trapera para el PSOE ya que romperíais sus manidos esquemas, negándoos a seguir el camino por ellos establecido de bajeza, ruindad e incultura.


Sería maravilloso que en la campaña electoral:

1) El PP diera una detallada explicación de su programa electoral, explicando con claridad al ciudadano cada uno de sus puntos, e incluso respondiendo a preguntas y dudas.
2) El PP hiciera caso omiso a los insultos que le van a lanzar continuamente, ignorándolos por completo con absoluta indiferencia, y respondiendo al final de cada mitin algo similar a: “En cuanto a lo que dice el PSOE de nosotros, ladran… luego cabalgamos”.
3) El PP dejara muy claro a los ciudadanos que el PSOE ha arruinado a España, que es la segunda vez que lo hace y que la única alternativa a todos sus desmanes es el PP, puesto que –y hay que subrayarlo- una vez ya nos sacó del hoyo en el que nos hundió el PSOE.
4) El PP insistiera y enfatizara continuamente el hecho de que el PSOE es un partido dictatorial, despótico, totalitario, tiránico, absolutista, dominante, ordenancista, abusivo e intolerante, que dicta leyes absurdas, que compra voluntades, que desprecia, insulta y castiga a todo aquel que no piensa como él y que exprime a los ciudadanos en su propio y exclusivo beneficio.
5) El PP hiciera un juego electoral de una limpieza inmaculada, sin insultos, ni chanzas, ni rifirrafes que no llevan a ninguna parte, de manera que las artimañas del PSOE quedaran mucho más patentes ya que sería el único que se hundiría en el fango. Así es mi pensamiento y, creo que el de muchos ciudadanos. Sería fantástico que dierais un verdadero ejemplo de inteligencia, buena educación, clase, cultura, estilo y saber estar en las próximas elecciones, teniendo la absoluta seguridad de que el comportamiento de vuestro rival va a ser el contrario por carecer de la inteligencia, la buena educación, la clase, la cultura el estilo y el saber estar que a vosotros os caracteriza. Gracias por vuestra atención. Un cordial saludo, Blanca
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