TEMPLARIO (2011)

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Título original: Ironclad
Año: 2011
Duración aprox: 120 Min.
País: Reino Unido
Director: Johnatan English
Guión: Johnatan English, Eric Kastel
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Eric Eggby
Actores: James Purefoy, Paul Giamatti, Kate Mara
Productora: Vip Medienfonds 4, Rising Star.






UN POCO DE HISTORIA NUNCA VIENE NADA MAL.
Juan I de Inglaterra, más conocido como Juan sin Tierra (originalmente Sans-Terre en francés, Lackland en inglés) (*Palacio de Beaumont, Oxford, 24 de diciembre de 1166 – †Castillo de Newark, Nottinghamshire, 18 de octubre de 1216 ), fue rey de Inglaterra y Señor de Irlanda.
Reinó sobre Inglaterra desde el 6 de abril de 1199 hasta su muerte en 1216. Sucedió en el trono a su hermano mayor, el rey Ricardo I de Inglaterra (conocido como «Ricardo Corazón de León»). Juan se ganó el apodo de «Sin tierra» debido a su carencia de herencia por ser el menor de los hijos y por su pérdida de los territorios en Francia ; también fue apodado «Espada Suave» por su conocida ineptitud militar. Fue un rey Plantagenet o de la línea angevina.

Durante la ausencia de su hermano Ricardo, que había partido a la Tercera Cruzada entre 1190 y 1194, Juan intentó derrocar a Guillermo Longchamp, obispo de Ely y designado como regente por Ricardo. Este fue uno de los eventos que inspiraron a escritores para hacer de Juan el villano de sus leyendas de Robin Hood, originalmente localizadas un siglo antes de la época de Juan.
Por otra parte, trató de arrebatarle el trono mediante un acuerdo con el Rey Felipe II de Francia.
Mientras retornaba de la Tercera Cruzada, Ricardo fue capturado y encarcelado por el emperador Enrique del Sacro Imperio Romano Germánico. Se dice que Juan envió una carta a Enrique pidiéndole que mantuviera a Ricardo lejos de Inglaterra por el mayor tiempo posible, pero los partidarios de Ricardo pagaron el rescate para su liberación, porque pensaron que Juan sería un rey terrible. A su regreso a Inglaterra en 1194, Ricardo perdonó a Juan y le nombró su heredero.
Otros historiadores argumentan que Juan no trató de derrocar a Ricardo, sino que hizo esfuerzos para mejorar un país arruinado por los impuestos excesivos para financiar la Cruzada. Es probable que la imagen de subversivo de Juan fuese creada por monjes cronistas resentidos por su negativa a participar en la Cuarta Cruzada.

En noviembre de 1209, Juan fue excomulgado y en febrero de 1213, Inocencio amenazó con medidas más drásticas a menos que Juan se rindiera. Los términos papales de sumisión fueron aceptados en presencia del legado papal Pandulfo en mayo de 1213, según el cronista Matías París en la iglesia de los Caballeros Templarios en Dover. Además, Juan ofreció la rendición del reino de Inglaterra a Dios y a los Santos Pedro y Pablo para servicio feudal de 1.000 marcos anuales, 700 por Inglaterra y 300 por Irlanda. Con esta rendición, formalizada en la Bula Áurea, Juan ganó el valioso apoyo de su señor feudal papal en su nueva lucha contra los barones ingleses.
Disputa con los barones
Habiendo tenido éxito en sofocar el levantamiento galés de 1211 y cerrado su disputa con el papado, Juan llevó su atención a sus intereses de ultramar. Las guerras europeas culminaron en la derrota de la Batalla de Bouvines, lo que forzó al rey a aceptar un acuerdo de paz desfavorable con Francia.
Esto finalmente volvió a los barones en su contra (algunos ya se habían rebelado después de su excomunión) y se reunieron con sus líderes en Runnymede, cerca de Londres, el 15 de junio de 1215, para sellar la Carta Magna. Debido a que había sido firmada por coacción, sin embargo, Juan recibió la aprobación de su señor el Papa para romper su palabra tan pronto como las hostilidades cesaran, provocando la primera guerra de los barones e invitando a la invasión francesa del príncipe Luis VIII de Francia, a quien la mayoría de los barones ingleses había invitado a reemplazar a Juan en el trono. Juan viajó por el país para oponerse a las fuerzas rebeldes, incluyendo un asalto personal de dos meses al Castillo de Rochester.







El trabajo técnico, excelente, y las interpretaciones de James Purefoy, Brian Cox y Paul Giamatti llegan a rizar el rizo en esta salvaje adaptación de la primera de las dos guerras contra los Barones que, por culpa de la Carta Magna, Juan sin Tierra llevó a cabo. No hay un interés especial en mezclar otras historias que no sean las confrontaciones lo cual no resta interés a ninguna secuencia y, aunque a veces no se haga un tratamiento a fondo de los personajes históricos, no por ello se pierde y cobra vitalidad en muchas de las tomas cercanas al desparpajo de "300" entre otras, muy pocas y alejadas del manoseo que la leyenda y el cine nos ha deparado con los "Robinjudes" y sus bosques de "Chergud" habituales (y lo siento por el espanglish).
Al director J. English hay varias cosas que se le pueden protestar. Desde luego si no eres de estómago agradecido no vas a aguantar muy bien los cercenamientos y amputaciones de miembros, muchas veces un tanto gratuitas y extensas de por sí. Parece como si a la cámara le diera por cebarse en esos momentos de sangre y vísceras, pero es de suponer que en las guerras de la Edad Media no se andaban con chiquitas y eran un pelín bestiajos.
Ésta no llega a ser ni "Centurión" ni "La Legión del Águila" pero tiene su carnaza. Completada excelentemente con una muy buena banda sonora, una ambientación envidiable y un uso de la "suciedad" en los trajes, nos demuestra que también entonces los pobres eran más pobres, los ricos estaban allí, en su puesto, por mandato divino ( o porque les salía de las partes de los Nobles), que las enfermedades de las ratas generaban suciedad e inmundicia y que eran más salvajes que una partida al mús entre marines y mujaidines.
En fin, como se dice al final en la versión original :"we hold" (aguantamos). Y es que hay que tener, insisto, estómago para muchas de las escenas. Quien crea que va a ver un romance metido a calzador, que se trata de algo de la Orden del Temple o que va a salir un clon de Erroll Flinn, que desista de sentarse dos horas seguidas. Pero como NOVEDADES de este me, y calentita, merece la pena verla en el CINE y salir de la sala con un buen sabor de boca.







RESUMEN DE LO QUE PUEDES VER, MÁS O MENOS.
Inglaterra, principios del siglo XIII. El 15 de junio de 1215 y, tras una dura negociación, el Rey Juan de Inglaterra, se ve obligado a firmar ciertas peticiones de los señores feudales que pretenden poner límites al uso despótico del poder por parte del Rey. El documento resultante es la Carta Magna. Un hecho insólito para un rey medieval, que veía cómo aquellos a quienes gobernaba y que debían serle fieles, le arrancaban sus prerrogativas reales. Sin embargo, cuando hubo reunido un fuerte ejército, el rey Juan se negó a cumplir el acuerdo y se dispuso a eliminar a todos los que habían firmado la Carta Magna, poniendo a Inglaterra al borde de una guerra civil: la Primera Guerra de los Barones (1215-1217). Juan decidió castigar a aquellos que lo humillaron, entre ellos un grupo de caballeros templarios atrincherados en el castillo de Rochester, que lucharán para resistir el asedio de las tropas reales.

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