LOS MEDITADORES INTRASCENDENTES

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Lamentablemente y tarde, me enteré hace años que de todos esos conceptos que quedan tan bonitos en los libros sobre política y que, por norma, nadie pasa de la décima pagina y es mucho, y que solo valen para chulear delante de los colegas (¿Has visto? YO leo ésto. TU, pardillo, que eres un pardillo, ¡NO!), están anticuados y desfasados. El yoga y la meditación son ancestrales como disfrutar encima del cesped de nubes de estrellas en plena noche de Agosto (¿Ahí no se medita?) o pasear por estrechas calles de madrugada con el viento cortando el cuello que tapa tu bufanda de lana (¿ahí no se medita?) o arrimado a una vieja mesa con un vaso de vino mientras oyes a la gente mayor lo bien que se vivía antes, y lo mal que se vive ahora. eso es cíclico y hasta aburrido, cada generación suelta idéntica monserga que nos soltaron de chicos. Y te quedas embobado escuchando a los abuelos y pensando (¿Ahí no se medita?) o incluso el placer que da un estómago agradecido después de comer en casa de tus padres una vez al mes o dos por aquello de cumplir, (¿Ahí no se medita?)



LA MEDITACIÓN EN LA INDIA, VÍDEO ASOMBROSO


Nunca estaré reñido con los pucheros y con cualquier tertulia. pero si algo me han enseñado estas meditaciones y estos pensamientos sublimes rayantes con lo panfletario, es que la realidad está palpando la calle y no emboscados detras de un teclado. ¿Que me contradigo dando a la tecla? Quién sabe. Solo sé que acabo de volver de un paseo con mi fiel perro Hachico, paseo corto y espero que sea fiel, un mix de alemán y pastor vasco y el paseo posterior tampoco ha sido breve. Ni lo que he podido hablar con conocidos, ni el arranque de la primavera ni el observar a esta luna enorme que ahora tenemos. (¿Ahí no se medita?). Ahora Hachi, mientras escribo está tendido encima de mis pies, cansado, muy cansado, como si hubiese estado meditando toda la tarde.
Y mañana saldré a meditar otra vez, Con él, claro. Creo que mi perro, en mi soledad es quien mejor me entiende. Me siguen gustando más las personas de cuatro patas, que los perros de dos.

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