PÚBLICO Y LA PRENSA.

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Al diario Público le han metido toda una sarta de cañonazos en su linea de flotación que lo están llevando inmisericorde a pique. Envalentonados desde sus troneras, con andanadas envenenadas de los que se jactan de pensar a derechas, "como Dios manda (el de ellos)" los buques patrios de rancia estirpe y abolengo se parten el eje y se regodean en el crujir de sus maderos recién, no hace mucho, hilvanados para llevar a buen termino la proa periodística de este país, mientras el país seguía a la popa de Europa. O lo que es peor, zalamereaba la estela de algún navio imperial de águila negra o gallo kikirikero. O bicéfala. El País no tiene problemas porque le refinancian la deuda mientras que al país no hay un dios que se la refinancie, basadas las ayudas en la barbarie, la usura, el favor amigo (de eso entre nosotros sabemos un rato), la especulación y las lisonjas en forma de terrenos para bases, playas para emiratos o aeropuertos y velódromos que existen en la imaginación de los pánfilos para beneplácito de los chorizos que sientan sus posaderas en Estados Unidos, sean cantantes o yernos. Acabaremos comiendo omelettes con francfur, hamburguesas de segundo y crema de cacahuetes de postre. Y a tomar por culo nuestra tortilla de patatas. Con cebolla o sin ella.
La retaila de sandeces por parte de sus directivos y altos estamentos es la de quedar bien. ësto sonroja a cualquier iluso. La crisis, ¡bonita excusa para conformar y ¡hasta aquí hemos llegado que no hay más cera que la que arde!
A sabiendas de que no van a contentar a nadie, ponen morritos de "Yo no he sido, es que me han dibujado así". Ni a los lectores, perplejos, ni a los acérrimos enemigos de siempre, los de la camisa azul, brazo en alto, bigotillo ramplón y su "rrrriba sssspaññññññña" que solo se acuerdan de la piel de toro que les parió cuando juega la Selección, a esos nacidos a regañadientes de la tierra y el terruño en propiedad, que de todo tiene que haber en la viña del Señor, no van a ser capaces de tapar y disimular una mala gestión durante estos años. Pero ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Calumnias? A la par, dos puntos: explicaciones. Que lo de la "crisis" huele. Y no hablamos del ladrillo, jodida cerámica culpable donde la haya. Público es más bien liviano. Aunque denso. A veces, no siempre. Pero consecuente. Un ladrillo macizo, no. Quizás un tabiquero o un caravista. Incluso una rasilla. Mas bien como en las antiguas cocina de chapa para leña y carbón: un ladrillo refractario.



¿La viña del Señor? Pues vamos a encomendarnos al Dios de las alturas, al de Noé y al de Moises a ver si tiene los santos oficios entre la pernera para resolver este lío, que sus acólitos parece que lo usan para otros menesteres. Más, bastante más pueriles, pero menesteres se defienden ellos.
Los dioses no tienen culpa de las tonterías que hagamos los de abajo. A fin de cuentas desde antes de Grecia éramos un juguete desechable para que Ellos se rieran con nuestros lloros y levantaríamos la cabeza a las nubes buscando una respuesta que nunca llegaba. Ni llegará.
Ya lo siento, con todos mis respetos, pero vuestro amigo imaginario e invisible no es amigo mío. No me seáis Fausto y recordad que humildes licenciados en lo que llamáis "Ciencias de la desinformación" permanecen al pié del cañón en el medio de la vorágine que supone escribir día a día. No niego que este 4º poder, la prensa, sea a veces canallesco, dúctil, condescendiente o rabioso,zalamero y amarillento, hasta pornográfico.


(No es un trailer muy bueno pero ¡qué se va a hacer!)

Pero sé que vosotros, los pacientes e impacientes, ávidos de carnaza del color que sea, tú mismo, no te escondas, el que lee toda las mañanas tres o cuatro ejemplares por toda la jeta por el precio de un café o un orujillo, no has de tratar a todos con el mismo rasero. Dijo, en su momento, gente tan singular como Lope, don Miguel, Calderón o uno que no os sonará de nada, Juan Ramón Molina, el que nació en el fondo azul de sus montañas hondureñas (Planfetista y periodista, coronel, político, diplomático,1875-1908), nacido en Comayagüela, Honduras, fallecido en San Salvador, El Salvador el 2 de noviembre de 1908) que solo somos escribidores de lo que vemos o cómo lo vemos.
Moratín, Baroja, W. F. Flores, Márquez, por mucho que gesticulen, se comprometen en el Sol que más les calienta la andorga. Sobrevivir no es fácil, el pecunio está ahí. Pero más vale hablar con cordura y ponerse una vez rojo, que quinientas amarillo. Ya no pienso en un ying, un yang, un blanco, un negro, un dios o un diablo. Simplemente porque aseguraría que ESO lo hemos puesto AHÍ el ser humano y no es Providencia de las deidades. Si fuera a creerme a los clásicos haría tiempo que Zeus tendría un lugar en mi ágora particular y platicaría desaforadamente con Euterpe al son de su Flauta mientras Vulcano atizaría la barbacoa para la merienda. Cuando Rá se ponga al acabar el día y calce sandalias en la barca de Caronte filosofaré con Buda y Sidharta de los males del hombre y de lo fatal que lo llevan los seguidores de Alá. Ésto lo hablaré con Mahoma, al cual no me dejarán ver según ellos. Sé que Confuncio me hará una égloga al estilo de Ovidio o de Homero y en ese momento, mi dicha estará colmada. Sabré que quiere decir "¡Rosebud, Rosebud!
Acto seguido, pillare papel y boli, teclado o tiza y escribiré una tontería como ésta. Simplemente para que el público lector se entere.
O egoistamente, para que se entere Público.


Y si no le gusta LEER LA PRENSA, puede usted volver mañana. A lo mejor ya no estamos...

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