ALMAS CON CARRITO. (en propiedad)

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Entre los diferentes post que se cuelan por twitter y Facebook, encontré esta misma mañana éste que ahora remarco entre foto y foto. Con el permiso obvio (para eso es un feisbuquero colega) copio y pego el mismo. Y la señora de la foto, que solemos ver cómo transita junto/al lado/ cerca/lejos de su familia, también me dió permisos suficientes para inmortalizarla. O eso le entendí yo traduciendo su rumanglish hispánico salpicado de incoherencias y/o repeticiones de frases hechas de agradecimiento.
Lo que tiene patear las calles, mire usté...

Por la calle de Alcalá, con la falda almidoná


Jose Luis Gonzalez Jimenez

ALMAS CON CARRITO.
...
Aunque no las queramos ver, cada dia son mas las almas que arrastran chatarra y cartones en carritos de supermercado, que se refugian en portales, que deambulan por las calles, hablando entre dientes. Son los rostros visibles de una miseria que nos acompaña, que vive aqui al lado, y ante la que no podemos cerrar los ojos por mucho que pensemos que bastante tenemos con lo nuestro.

¡¡ Una limosnita, ande, sea usté güeno !!

La foto es de mi propiedad. Las calles por donde paseo, son propiedad de todos, o eso dicen los ediles. Por lo menos se pagan sus desperfectos y sus arreglos con nuestros impuestos para que sean propiedad de todos. Aunque si no pagas a las arcas municipales se pueden quedar con tus propiedades en propiedad.
La indigente abuela rumana es de su propiedad. Ésta no se casa con nadie, que es muy suya. Y no he de entrar yo si se apropian de nuestras propiedades, que parecen haber sustituido a otras etnias a las que antes echábamos las culpas de todo, o si los tenemos como algo propio, una postal en propiedad a la que nos vamos acostumbrando.
Lo más propio sería no tener propiamente dicho, propiedades. Que lo propio no fuera privado sino propiedad de todos. Creo que a eso le llaman comunismo pero no voy por ahí, propiamente explicado.
Pero para eso, para las cosas privadas y para las propias propiedades, habría que hablar con propiedad.
Nada de elucubrar falacias de "donde dije digo, quise decir diego", bajar sueldos y pensiones, depauperar las contrataciones hasta lo risible, un "regreso al futuro" del siglo XVIII (más bien, una regresión) y subir los impuestos porque me sale de los propios. Y hay muchos que se limitan a hablar que es lo suyo, que es lo propio en sus electos cargos y quedarse con nuestras propiedades o allanar los caminos inescrutables de algunos señores para que no haya ningún problema con el robo de nuestras propiedades. Propiamente dicho.
Y la foto en la Calle de la Estación (la Estación, propiedad de Renfe) es de hace muy poco. La abuela trabaja de sol a sol en ese puesto y una canija, supuestamente de su propia parentela, de no más de 18 años, a unos 200 metros de ella, mientras dos allegados recorren contenedores con los susodichos carritos, de la compra, del Lidl o del Mercadona. Hay veces que parece que vayan de botellón propiamente dicho. Pero esa debe ser una borrachera espantosa con una resaca propia de las peores del mismísimo Baco. Se lo curran a diario y de sol a sol.
Eso sí, con propiedad.


José de Espronceda es nacionalmente conocido por su "Canción del Pirata", que se ha cantado hasta en plan "moderno", pero uno de sus poemas ocultos y menos conocido, bien podría ser éste, que como tal, nos dice que los indigentes se han convertido en algo propio en nuestras ciudades. Los que han venido de fuera esperando un paraiso que está en decadencia, y los de dentro, que ven el patio como las Hurdes o las Batuecas cada vez más cercano y tangible saben de qué palo, lamentablemente, va ésto.
Ya no tienen ni una triste propiedad que llevarse a la boca. Se las quedan los bancos con el beneplácito de gobernantes y la bendición de la curia

EL MENDIGO (resumen)

Mío es el mundo: como el aire libre,
otros trabajan porque coma yo;
todos se ablandan si doliente pido
una limosna por amor de Dios.

El palacio, la cabaña/son mi asilo,/si del ábrego el furor/troncha el roble en la montaña,/o que inunda la campaña/El torrente asolador.
Y a la hoguera/me hacen lado/los pastores/con amor./Y sin pena/y descuidado/de su cena/ceno yo,
o en la rica/chimenea,/que recrea/con su olor,/me regalo/codicioso/del banquete/suntüoso/con las sobras/de un señor.

Y me digo: el viento brama,
caiga furioso turbión;
que al son que cruje de la seca leña,
libre me duermo sin rencor ni amor.
Mío es el mundo como el aire libre...

Todos son mis bienhechores,
y por todos
a Dios ruego con fervor;
de villanos y señores
yo recibo los favores
sin estima y sin amor.

Ni pregunto/quiénes sean,/ni me obligo/a agradecer;/que mis rezos/si desean,/dar limosna/es un deber./Y es pecado/la riqueza:/la pobreza/santidad:/Dios a veces/es mendigo,/y al avaro/da castigo,/que le niegue/caridad.

Yo soy pobre y se lastiman
todos al verme plañir,
sin ver son mías sus riquezas todas,
qué mina inagotable es el pedir.
Mío es el mundo: como el aire libre...

Mal revuelto y andrajoso,
entre harapos
del lujo sátira soy,
y con mi aspecto asqueroso
me vengo del poderoso,
y a donde va, tras él voy.

(...)

Mostrando cuán cerca habitan
el gozo y el padecer,
que no hay placer sin lágrimas, ni pena
que no traspire en medio del placer.
Mío es el mundo; como el aire libre...

Y para mí no hay mañana,
ni hay ayer;
olvido el bien como el mal,
nada me aflige ni afana;
me es igual para mañana
un palacio, un hospital.

(...)

Y un asilo donde quiera
y un lecho en el hospital
siempre hallaré, y un hoyo donde caiga
mi cuerpo miserable al espirar.

Mío es el mundo: como el aire libre,
otros trabajan porque coma yo;
todos se ablandan, si doliente pido
una limosna por amor de Dios.


Charlot, vagabundo, 1915, completa.

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